¿Cómo hago para que mi hijo o hija hable español en Estados Unidos o Canadá o Australia o países así?

Ana M. Díaz-Collazos, Ph.D. en lingüística

Si te estás haciendo esta pregunta, ya tu hijo tiene muchas posibilidades de ser un hablante bilingüe fluido. Cuando los cuidadores primarios valoran el bilingüismo, la segunda generación tiene más probabilidad de mantener la lengua minoritaria, incluso si los cuidadores no hacen nada para mantenerlo. En la familia, se da por sentado con gran naturalidad que se hablan dos o más idiomas, y que todos los idiomas son igualmente importantes, y los niños captan todos esos mensajes sutiles que vienen de sus cuidadores. Existen numerosas presiones sociales externas que, a pesar de todo el esfuerzo de la familia, predicen que el hablante perderá el español. No es culpa del hablante ni de la famlia.

Hay más posibilidad de que una persona pierda el español si…

  • uno de los progenitores no habla español, especialmente si es la madre la que no habla español.
  • asocian el español a una circunstancia traumática de su vida. Por ejemplo, si sus victimarios hablaban español en una situación de violencia.
  • son el segundo o tercer hijo de la familia. Generalmente los hijos únicos o los primogénitos mantienen más el español.
  • nunca han vivido o no tienen memoria de vivir en un país hispanohablente.
  • el círculo social como el barrio o la escuela no le da valor al español.
  • los cuidadores que hablan español no dedican tiempo a conversar con sus hijos.

Dele valor al acento que del español que su hijo o hija tiene

Es normal que el hablante bilingüe tenga un acento extranjero cuando hable español. El acento extranjero es un resultado normal del desarrollo cognitivo del lenguaje cuando hay dos lenguas activas en la cognición del individuo. Ambas lenguas son como un solo sistema que interactúa constantmente, incluso cuando no está hablando una de ellas. Por ejemplo, cuando un niño o niña está hablando solo español con su familia hispana, su pensamiento estará fluyendo entre español e inglés, y por eso puede que susurre en inglés algo para sí misma. Y cuando este niño o niña está en el colegio hablando solo inglés, también estará pensando en español, y aprenderá la magia de decir las palabras prohibidas que nadie más entiende. Yo les enseñé español a estudiantes indígenas de origen Navajo, y muchos decían que no hablaban nada de Navajo, pero de todas maneras tenían un acento Navajo en español. Las lenguas se retroalimentan en el interior de la persona, aunque una de las dos no la hable, sino que “solo” la entienda.

No lo corrija ni se burle de su español

El español del hablante bilingüe tiene un acento extranjero derivado de circusntancias neuro-cognitivas naturales. No importa si es niño, adolescente o adulto. El español que desarrolló en contexto de bilingüismo es su lengua nativa, es el sistema que su gramática interna logró generar espontáneamente y este no se puede cambiar. Sí se puede aprender a controlar en ciertas circunstancias, por ejemplo, en la escritura, pero no en el habla informal. Corregir a el español del hablante que creció bilingüe le producirá una inseguridad muy profunda en su forma de hablar en general, incluso cuando habla inglés. Es como recalcarle que es malo o mala para hablar en general.

Notemos que esto es muy diferente del aprendiz adulto. El adulto ya ha hecho el discernimiento claro de cuál es su identidad, y clasifica inconcientemente su segunda lengua como un sistema ajeno a su identidad, por lo que la corrección no le hace daño y antes le puede ayudar a mejorar.

Refuerce una identidad basada en realidades

Si la persona nació en Estados Unidos, es estadounidense. Si nació en otro país, es de ese país. Es muy saludable que sienta orgullo del país donde nació. No es ningún vendido por reconocerse como estadounidense o canadiense, ni es ningún apocado por reconocerse como colombiano, nicaragüense, hondureño. Es importante que lleve su patria en el corazón, cualquiera que esta sea. Si quiere hacerle barra a un equipo de Estados Unidos o Canadá o Australia en los juegos olímpicos, que le haga barra, pero usted como padre o madre tiene el deber de hacerle barra a su país de origen y contagiar esa alegría. Es decir, todos los elementos de la identidad social del niño son valiosos.

También es importante reconocer y valorar que esta persona está creciendo en Estados Unidos y eso ya es un determinante definitivo de su identidad, incluso si llegó al país como adolescente. Es muy positivo que la persona pueda identificarse como estadounidense: que digan el pledge of allegiance, que vayan al desfile del 4 de julio y vean los fuegos artificiales, que digan abiertamente y sin pena que se sienten parte del país donde nacieron. De esta manera, la persona crecerá con un acceso claro y realista a su identidad, con una plena aceptación de todos los elementos que conforman su identidad, y así tendrá la posibilidad de sentirse seguro en su uso del español.

Si es un niño o niña indocumentado, puede que ni siquiera recuerde la nación donde nació, pero está creciendo con identidad estadounidense, canadiense, australiana, o británica. O sea, tiene una identidad nacional perteneciente a un país del que está indocumentado. En la escuela recita el pledge of allegiance de un país del que no es ciudadano. ¿Qué hacer en estas situaciones? No tengo respuesta. En mi experiencia con estudiantes, estas personas aprenden a valorar más su lugar de origen más que el país a donde migraron. Como diría Anzaldúa, son mexicanos aunque hayan crecido en Estados Unidos. Muchos incluso habiendo nacido en Estados Unidos afirman que son mexicanos. Dicen “yo soy mexicano, pero nací aquí (en Estados Unidos)”.

No obligue a su hijo o hija a hablar español

Acuérdese que un niño y mucho más un adolescente tiende a sentir curiosidad por lo prohibido, por lo contrario a la norma. Si en su casa está prohibido hablar inglés, la atracción hacia el inglés aumentará y el adolescente sentirá una emoción particular cada vez que susurra inglés en contra de sus padres.

Tenga por seguro que todo el español que usted habla, incluso si no lo habla directamente con su hijo o hija, ellos lo están asimilando. Incluso si su hijo no pronuncia palabra en español, de repente, cuando se dé el contexto apropiado, este chiquillo tímido estará dándole retahíla en español y será imparable. La interacción social es lo más importante para aprender un idioma, sin obligaciones, sin esfuerzos. Que fluya natural y relajadamente. Cuando era profesora de College, tuve una estudiante hispana que no hablaba nada de español y era verdad, porque traté de hablar con ella al principio del semestre y se enredaba mucho. Estuvo compartiendo mesa con una chica mexicana que hablaba un español muy fluido y además era muy cariñosa y amable. Al final del semestre, ya nadie podía detener la cháchara.

Aplique (con cuidado) la psicología inversa

Con cierto tono de complicidad, hágale ver lo revolucionario que puede ser hablar español. La otra vez yo estaba practicando matemáticas con mi hija y estábamos usando los números de 20 a 90 en inglés. Yo le dije que no podía decirle los números grandes en español porque iba a ser muy difícil. Ella se interesó mucho más, y me insistió que por favor le enseñara los números grandes en español y yo me hice de rogar un rato, y cuando se los enseñé, estaba bastante receptiva. También a veces le digo: “eso tiene una palabra en español, pero no te la puedo enseñar porque está prohibida” y ahí mismo insiste que se la enseñe. Otra manera puede ser restringir un producto cultural en español porque es prohibido, pero con el propósito de generar curiosidad. Por ejemplo, que empiece a sonar una canción de reggaetón bien pegajosa, y usted apaga el televisor ahi mismo, diciéndole: “esto no lo podemos ver porque usted está muy chiquita” y verá cómo ahí mismo se interesa. O incluso, decirle: “no vayas a decirle esta palabra a tu profesora de español” puede incentivar el interés por el léxico coloquial.

Ponga a la abuela hispana en el teléfono cada que se pueda

La abuela de sus hijos seguro que no habla nada de inglés, y esto los obligará a tener que esforzarse por usar el español. La necesidad de comunicarse con una persona a la que quieren mucho es un gran incentivo para mantener el idioma. Puede ser también una tía, una prima, unos amigos lejanos, lo que sea. Incluso si es muy ocasionalmente, el niño o niña se dará cuenta que hay mucha gente interesante con la que puede hablar solamente si sabe comunicarse en español. Cuando yo era profesora de College, muchos estudiantes llegaban a la clase de español para recuperar su idioma con el único objetivo de poder hablar con sus abuelas. Sí, hablar con las abuelas es un incentivo muy determinante en hacer que una persona quiera recuperar o mantener el idioma.

Que sepa que existen productos culturales originales en español

En el universo del niño o niña bilingüe, el español es una lengua que solo hablan papá y mamá, mientras que toda la gente cool como los amigs populares del colegio y (en 2025) Taylor Swift hablan inglés. Nada cool una lengua que hablan solamente los viejos de su familia. Pero si el niño y en especial el adolescente se da cuenta de la cantidad de productos culturales que existen en español más allá de su casa, aprenderá un valor diferente del idioma. En el suroeste de Estados Unidos nada hace más por preservar el idioma que la cumbia norteña y la música regional mexicana mezclada con reggaetón. No le tenga miedo a canciones controversiales siempre y cuando sean “cool” y pegajosas. Con una guía apropiada, esos productos lograrán que la persona se interese por el idioma. Imagínese que el muchacho vaya a una fiesta con sus amigos anglo-parlantes, suene una canción de reggaetón… y todo el mundo le pregunta qué significa, qué está diciendo ese cantante. Es un motivo de orgullo y un pretexto para la interacción social.

Por su parte, si tiene los recursos necesarios, estar rodeado de libros, revistas, anuncios o cualquier cosa escrita en español le recalca día a día que el español también se escribe, y la letra escrita tiene mucho prestigio. Para un niño que creció en un colegio anglo-parlante, puede que solo haya visto por escrito y dé por sentado erróneamente que el español solamente se habla y no se escribe. Y sí, ha pasado muchas veces que un niño o adolescente aprende sin ayuda a deletrear y a leer en español. Si no tiene recursos, saque un tiempito para ir a la biblioteca pública y encuentren la sección en español. Las bibliotecas en Estados Unidos tienen secciones infantiles muy divertidas para los lectores jóvenes.

No lo pongan mucho de traductor

A mi hija varias veces le dieron un premio en el colegio por ser la traductora de los otros niños hispanos que no hablaban inglés y no estaba muy orgullosa de eso. Para ella, era algo natural por lo que no se había esforzado, y ella quería que la reconocieran por cosas que sí demandaran un esfuerzo. Además, no le gustaba mucho sentirse “diferente” en frente de los otros niños por ser la única que hablaba español. Tampoco le gustaba que le estuvieran haciendo preguntas de cómo se dice esto o lo otro, excepto en la clase de español. En la clase de español sí le gustaba sentirse un poco como la profesora por saber más español.

Un problema que tiene el niño-traductor es que resulta ser una carga extra para una persona que está tratando a duras penas de sobrevivir como bilingüe en lecto-escritura y matemáticas. Sí, parece que le saliera natural, pero es una responsabilidad que debería recaer en los adultos. Otro problema con el la niña-traductora es que se acostumbran a que la traducción simultánea es algo que se da gratuitamente. Cuando lo hacen los hablantes no nativos de español, cobran caro por eso, y pagaron caro por alcanzar esa habilidad. No es bueno que se acostumbren a entregar así sus habilidades de manera informal, porque esto hace que pierdan el sentido del valor. Están subsidiando un valor monetario que debería estar proveyendo la escuela. Y el último problema es que muchas veces terminan siendo mediadores en situaciones de conflicto, lo que le impone responsabilidades de adulto a un sujeto que apenas está desarrollando su personalidad.

Sí, también existen también muchos beneficios del ejercicio de traducción para una persona bilingüe, pero estos solo se potencian si se ejecutan con moderación, estrategia pedagógica y respeto por el momento del desarrollo que la niña está experimentando.

Trate de crear experiencias positivas con el español

Arriba dijimos que una persona puede perder el español porque lo relaciona con algún acontecimiento traumático de su vida. Lo contrario también aplica: una persona puede mantener su español porque lo relaciona con experiencias positivas, como una especie de antitrauma. ¿No le pasa a usted que se acuerda de una palabra que decía su abuela cuando estaban comiendo algo delicioso, y esta evocación hace que esa palabra se repita en su mente cada vez que vuelve a probar ese sabor, incluso ese olor? ¿O una canción que le recuerda una fiestica de preadolescente donde se dio un besito con alguna persona que le gustaba? Seguro que esa canción suena y resuena en su mente cada vez que evoca esa memoria, o lo contrario, si escucha esa melodía, la sensación positiva de ese encuentro romántico le devolverán en el tiempo. Así mismo pasa con el español. Dele a sus hijos comida muy rica cuando estén hablando en español, ponga música y armen una mini fiestica en su casa con su familia extendida así sea por llamada virtual, bailen y sean lo más felices que se pueda mientras hablen español.

Ahora bien, si la persona relaciona el español con un acontecimiento profundamente traumático, puede que todo esto que haga logre todo lo contrario y entonces es mejor no forzarla. Irla llevando de a poquito hasta que desensibilice de la relación español-trauma, mejor bajo la guía de un experto o experta en conducta mental, y dejar que la persona siga su ritmo de sanación interior. A veces el inglés es el idioma que les ha dado los momentos más felices o tranquilos en su vida, más que el español, y si esto es así, es mejor dejarlo ser así.

Hable con sus hijos y con sus hijas

Esto suena obvio, pero con el ajetreo del día a día puede olvidarse fácilmente. Los cuidadores inmediatos tienen que trabajar largos turnos para mantener una mínima economía del hogar y queda muy poco tiempo para hablar en familia. El tiempo que pasen juntos, así sean 10 a 15 minutos, aprovéchenlo para hablar. Despéguense del teléfono y apaguen los televisores. Dediquen al menos 10 minutos diarios para conversar de cualquier cosa, y si no se puede diario, al menos una tarde de domingo. En una investigación que hice con los japoneses de Colombia, muchos decían que nunca aprendieron japonés porque simplemente sus papás no hablaban con ellos por pasársela trabajando. No es culpa de los padres ese sometimiento al trabajo, a veces somos simplemente víctimas del sistema económico. El tiempo que usted dedica a hablar con los hijos es una conquista heróica que dará frutos en lograr una progenie que hablará varios idiomas con fluidez, autoconfianza y un fuerte sentido de identidad latina, multicultural y multilingüe.

No se preocupe si no parece estar aprendiendo (¡ESTÁ APRENDIENDO!)

Especialmente los niños más pequeños, digamos de 1 a 3 años, puede parecer que no están aprendiendo español. Pueden pasar un número de años que usted hable y hable español, y la niña no musita palabra. Si usted lee libros a una niña de 2 años, puede que ni siquiera parezca estar prestando atención. Pero todo eso lo está asimilando el cerebro, especialmente en lo que respecta a pronunciación. Cuando yo recibo estudiantes que pasaron algún tiempo escuchando español (aunque no puedan producir palabras o frases), los que lo escucharon alguna vez en su casa tienen mejor acento que los demás, y avanzan en los temas mucho más rápido.


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    2 thoughts on “¿Cómo hago para que mi hijo o hija hable español en Estados Unidos o Canadá o Australia o países así?

    1. Collazos Sandoval Clara Inés says:

      Qué interesante artículo!…fija pautas que muchas veces no se tienen en cuenta y que no solo comprometen la parte Lingüística sino también la emocional.
      Gran disertación!…

      1. sí, mamá, aquí también hay unas cosas de la psicología y no solo es ver la estructura lingüística por separado. Yo creo que el procesamiento lingüístico no está moludarizado, está emparentado con otros procesos cognitivos y socio-emocionales.

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