Mi hijo está muy americanizado, ¿qué hago?
Iba a decir “agringxxxo” pero mejor no la digo, porque, en sectores donde no se conoce bien el español, me podrían quitar el artículo por emplear un término racista contra los estadounidenses blancos. Pero en español es simplemente un término corto para decir estadounidense o canadiense anglo. En literatura sociocultural, se les llama “anglo-americanos”: “anglo” porque hablan inglés, y “americano” porque son de América. Es decir, son los que hablan inglés en América, lo que incluye a Estados Unidos y Canadá.
Pero la respuesta corta a la pregunta es: deje a sus hijos SER. Si su hija nació en Estados Unidos o donde quiera que haya nacido, ese es su lugar de origen y ahí está la comunidad que guía su comportamiento. Es lo normal que se esté agringando, y no por eso es menos latino. La ensayista Gloria Anzaldúa también comentaba que en su familia le decían “agringada”, y luego en los estadounidenses le decían “mexicana”, o sea que en todas partes la veían como extranjera. Ella como intelectual aprendió a discernir todo lo que estaba viviendo, y se convirtió en una autora influyente en los estudios chicanos. Sin embargo, si podemos ofrecer a nuestros hijos una miradar realista y positiva sobre su cultura norteamericana, es mucho más saludable para la comunicación y el desarrollo.
Sí, pero es que aquí en Norteamérica los niños no tienen normas
Eso es un mito que existe entre los latinos. Que en las escuelas y las casas anglo-americanas no siguen las normas, mientras que en Latinoamérica las familias y escuelas son mucho más estrictas. La mamá latinoamericana no tardaba en aventarle una chancla ante el mínimo reclamo de su hija, o demora en hacer un mandado, y por eso se piensa que eran más estrictos. Ahora escúcheme esta: los estadounidenses creen lo mismo sobre los latinos, que sus familias son más relajadas y que tienen menos reglas. Cuando yo trabajé como voluntaria en un club de lectura para niños bilingües, las profesoras practicantes pensaban que los niños latinos eran mucho más desjuiciados que los estadounidenses, cuando en realidad a mí me parecía que esos niños se portaban muy bien para lo que vi cuando trabajé en colegios de Colombia.
Esa mutua percepción de que los otros no siguen normas es porque las normas culturales no son las mismas. En la escuela a donde va mi hija, por ejemplo, tienen un cartel con las normas del salón de clase: no llevar muñecos de la casa, hablar en voz baja en el salón, hacer la fila para salir, no hablar mientras están comiendo, no subirse al rodadero por la parte que desliza, no llevar gaseosas o dulces para la hora del mecato, y muchas otras más que hemos ido descubriendo.
El castigo más común es el time-out: los separan del resto del salón de clase sea en un rinconcito sin juguetes para que reflexionen sobre lo que hicieron, lo los mandan donde la psicóloga. A veces también existen “behavioral interventionists”, que es una profesora que se lleva al niño desobediente y trabaja individualmente le comportamiento. En los colegios de que tengo noticia, se hace siempre un seguimiento con cuidadores cuando el niño le está yendo mal en los exámenes estandarizados. Los niños van con sus padres a la entrega de notas y la cantaleta es ahí mismo, sin tapujos, papá, mamá y profesora aliados contra mi doña que se hace la que no habla inglés y sí habla.
La diferencia es que no es aceptable que un maestro o maestra grite a sus estudiantes. No significa que no lo hagan, sí lo hacen, pero no es como algo de lo que se sientan orgullosos. Es como el último recurso cuando gritan, o cuando en realidad están muy estresados.
Otro elemento es que en Estados Unidos los salones de clase para niños son mesas grandes compartidas entre cuatro, y el salón está ambientado para el el juego. Las niñas que terminan primero un ejercicio a veces las dejan ir a ese rinconcito de juguetes para que estén entretenidas mientras suena el timbre de recreo. Esto previene que los estudiantes que terminan muy rápido se aburran y empiecen a molestar.
Hay unas mamás bastante estrictas con el orden y las responsabilidades que les dan a sus hijos desde que están muy pequeños. Una de las cosas más impresionantes es cómo tienen controlado el tiempo de sus hijes con rutinas inamovibles. Llegan del Colegio, se van a alguna clase extracurricular, comen a la misma hora, y se van a dormir a la misma hora todos los días, generalmente super tempranísimo, a horas impensables para un niño latino. Los sábados tienen fútbol, ballet y piano, y los domingos, iglesia al medio día y luego almuerzo en familia. Los tiempos anglo-americanos son mucho más controlados que los latinos.
Los Latinos sí les enseñamos el valor de la familia
Y los anglo-americanos también. Cuando yo era profesora de universidad, chicas y chicos hablaban frecuentemente con sus mamás por teléfonos. Los cuidadores están bastante involucrados con el proceso de admisión a la universidad. Padres y madres siempre acompañan a su hijo a empezar la universidad, que casi siempre es en una ciudad diferente de donde viven. En días feriados la mayoría de muchachos lo primero que hacen es agarrar su carro y manejar hasta su familia. Extrañan mucho a su familia y aprovechan cualquier descanso para ir a verlos. Lo que pasa es que en Estados Unidos la migración interna es mucho más dinámica que en los países latinoamericanos, y por eso las familias se distancian físicamente, pero sí buscan mantenerse unidos. Sí hay personas mayores muy solas, pero también hay muchos viejos que permanecen bajo el cuidado de sus hijos.
Hay comportamientos agringadxs que no son aceptables para los mismos gringxs
Si su hijo azota la puerta, le grita, es grosero, no le hace caso, le dice la odia, o le resbala los ojos, estos no son compartamientos aceptables para las familias americanas. Sí lo hemos visto como si estuvieran normalizados en productos audio-visuales, pero no he intimado tanto con una familia gringa como para atestiguar si esto ocurre así o no. También he tenido estudiantes que me resbalan los ojos o una vez una estudiante me dijo que le parecía ridícula la manera como yo asignaba nota. Así, en la cara me lo dijo. Lo que pasa es que los profesores no reaccionan con un llamado de atención, sino que conspiran por debajo de cuerda para emproblemar a la persona que hace estas cosas. Puede que no en ese mismo momento, pero le pueden hacer miserable la vida a un estudiante sin que el estudiante sepa por qué o quién es su victimario.
En mi opinión, si un latino azota la puerta o resbala los ojos, no es bueno estarle achacando esto al hecho de que se está criando como estadounidense, porque en realidad no es por eso. No es bueno, además, que sienta que sus comportamientos negativos se deban a una parte de su identidad que se siente norteamericana, porque ser norteamericano ES parte integrante de su identidad, y no eso no es algo malo. Pero no por ser anglo-americanos tienen permiso de ser groseros.
¿Qué hacen los anglo-americanos que es diferente de los latinos?
El saludo
La gente de Estados Unidos y Canadá, por lo que conozco, tienen normas culturales muy diferentes sobre el saludo y la despedida. Ellos saludan diciendo “hi”=hola y ya, eso es todo, y es normal que no digan más. También se despiden diciendo “bye” y se van, y uno se queda como, ¿será que está bravo conmigo? No, no están bravos, en la cultura anglo el saludo y la despedida son simplemente un anuncio, mientras que en la cultura latina el saludo y la despedida constituyen complejos procesos de socialización ritual. Entonces está bien que los niños o niñas que están creciendo aquí saluden y se despidan con una sola palabra.
Hay contextos en los que ni siquiera hay que saludar. Por ejemplo, cuando yo llego al salón de clase y digo “good morning” nadie nunca jamás en la vida me ha contestado. Y lo mismo he observado cuando soy audiencia. El saludo general de un orador ante una audiencia grande no se contesta. Cuando llegan al salón de clase, los estudiantes no se saludan entre ellos tampoco, solo al final del semester cuando ya están inmersos en la cultura latinoamericana de mis clases de español.
La comida
Es bastante normal que la visita entre a la cocina y agarre lo que quiera comer, con permiso del anfitrión. Si es una fiesta, ni siquiera necesita ese permiso. La gente llega y saca de la nevera lo que quiere comer. Así hacen las amiguitas de mi hija también. Abren la nevera y sacan hielos porque tienen sed.
Los gringos tampoco son de comer mucho, y es normal dejar comida que luego se va a botar. Y no es porque sean ricos. Incluso he visto que gente pobre también desecha la comida que no se quiere comer y ya. No está ese valor sagrado de la comida que, si se bota, es pecado. Así que el niño latino “agringado” puede que haga lo mismo: decir no quiero más y sale a botar la comida. Esto también es el resultado de las campañas contra la obesidad que ocurrieron a principios de los 2000. Los pediatras y educadores recomiendan no obligar al niño a comerse todo para que no se acostumbre a comer sobre llenura.
No es obligación darle comida o bebida a una persona que está arreglando la casa. Uno se sienta a almorzar mientras ellos trabajan, y no esperan que uno los invite a sentarse. Alguna vez los invité a sentarse y ni quiera me entendieron qué les estaba diciendo. Siempre que les ofrecía gaseosa, café, galletas o algo, todas las veces me lo recharazon. En contextos de trabajo, en una reunión que ocurre al medio día, cada uno saca su almuerzo y no se espera que lo vaya a compartir con otros.
Los apodos
Solamente en Latinoamérica existe una productividad tan amplia de los apodos, especialmente si son políticamente incorrectos. Apodos referidos a raza, color de pelo, contextura o discapacidad física son bastante naturales en la cultura latinoamericana. Los apodos en inglés solo existen como un acortamiento del nombre: Will (=William), Ben (=Benjamin), Addy (=Adelaide). Así que si usted se refiere a alguien como “la gordita del supermercado” o “el sordito,” su bendicióncita agringada va a llamar a sus padres al buen comportamiento. A mí me gusta que me corrija estas cosas porque así estamos haciendo natural los aspectos conflictivos de nuestras identidades, pero es que es tan difícil no llamar a los vecinos “los pelirrojos” o al otro vecino “el viejito”. Es muy complicado, hasta allá no llega mi multiculturalidad.
Las amigas
Algo que solo había visto en series de televisión que sí ocurre en realidad es que los hijos e hijas reciben sus visitas en el cuarto. En Latinoamérica las visitas ocurren en la sala o el comedor. Ocasionalmente y ya con mucha confianza sí se van al cuarto. Pero en Estados Unidos, las visitas jóvenes entran directamente al cuarto sin preguntar, incluso si son adolescentes. Me parece que la idea detrás de este comportamiento es precisamente no incomodar a los papás o mamás, o a las personas que estén viendo televisión en la sala, o pasando el tiempo.
Modas
Una cosa que sí tienen los norteamericanos es la exuberancia en la expresión de la identidad a través de la apariencia. Si fueron a tal Universidad, andan con camisas de esa universidad. Si les gustan los osos, tienen muchas camisetas de osos. Si les gusta practicar el tiro, andan de camuflado todo el tiempo aunque no estén practicando. Si son granjeros, andan con sus botas sucias parriba y pabajo. Si creen en el COVID, se ponen el tapabocas incluso cuando no hay necesidad. Si les gusta el ciclismo, se ponen todo el equipo completo con protectores, rodilleras, cascos caros, gafas oscuras, las lycras super pegadas… Y si les gusta acampar, no les importa atascar la carretera arrastrando un carro-casa que tiene que ir más despacio. Cualquier evento es excusa para el disfraz excesivo: en Halloween, toda la familia se disfraza; en San Patrick, todo mundo anda de verde; en el 4 de julio, se ponen ropa y sombreros y collares con la bandera de Estados Unidos.
Que los latinos agringados se vistan como quieran me parece perfecto. Si quieren ponerse el pelo rosado, que se lo pongan. Si quieren hacerse tatuajes, que se los hagan. Si la muchacha quiere raparse el cabello, que se lo rape. Si quiere ir vestida de campesina mexicana todos los días, nadie la va a mirar raro. Si quieren ir empijamados al Colegio, nadie se lo va a impedir. Si quieren pintarse las uñas de todos los colores, nadie las va a regañar. Sí existen unas normas sobre cuánta piel pueden mostrar, eso sí, y de hecho, hay una muy baja tolerancia a la amplitud del escote femenino que en Latinoamérica. La muchacha que se pinte lo que quiera, pero que no vaya en minifalda ni una blusa muy escotada al colegio.
The gringx face
Es una expresión emocionalmente neutral que las personas americanas logran mantener de manera consistente y continua, especialmente en contextos formales. Es como una mirada puesta ligeramente en el vacío y en la persona que está hablando, con una cara ligeramente inclinada, que puede mantenerse inquebrantable por horas y horas. Como el más ligero gesto de hostilidad o agotamiento se puede interpretar como una falta de respeto grave, las personas con mejor manejo social aprenden a mantener un gesto neutral que no revela alegría, tristeza ni cansancio ni siquiera ante un examen muy largo. Pueden estar experimentando una tormenta interior, pero no lo reflejan en su rostro. Para la familia latina, se ve como algo preocupante que su hija se haya vuelto tan inexpresiva. Es simplemente una manera de mantenerse seguros en un entorno que se mueve entre juicios silenciosos y tensos que pueden afectar al individuo profundamente. En serio, no están enojados, es su cara.
Spanglish
Este es otro tema crucial. La persona que habla español agringado no necesariamente mete palabras en inglés, a veces es simplemente hablar español con gramática del inglés. Mi hija dice cosas como:
- Lady Gaga va a jugar (=actuar) en Wednesday = Copia la amplitud semántica del verbo “play” que significa jugar, actuar, y tocar un instrumento.
- Na había nadie para jugar con. = Copia la estructura de “There was no one to play with” con preposición final que se admite en inglés hablado (no escrito).
- ¿Qué es la problema? = Uno generalizado de femenino con palabras que terminan en A.
- Voy a comer mientras viendo televisión = Copia la estructura “I’m going to eat while watching TV”. El inglés admite gerundio después de “mientras” o de preposiciones.
- La ardilla volador = Como el adjetivo “volador” no termina en vocal, se interpreta como un adjetivo neutro.
Yo como soy super nerd de la lingüística, me parecen fabulosas estas construcciones, y en vez de corregírselas, empiezo a usarlas yo cuando estoy con ella. Y funciona un poco como la psicología inversa, porque cuando las digo, ella se queda mirándome como “mamá, ¿por qué estás hablando raro?” y así mismo las va reparando. El cerebro bilingüe en la niñez tiene la habilidad de reparar el input imperfecto.
Reflexión final
Las diferencias culturales se convierten en un super poder para una comunidad que sabe apreciarlas, dialogar sobre ellas y establecer puntos comunes. Es muy satisfactorio poder conversar con los hijos e hijas abiertamente sobre la diversidad de normas sociales que estamos enfrentando. En mi opinión, eso potencia al máximo la experiencia de aprendizaje para un sujeto que está creciendo entre dos culturas diferentes, y crean auto-confianza en todos los aspectos de su identidad. Un sujeto que se conoce a sí mismo y está orgulloso de todos los aspectos de su identidad tiene mejores relaciones interpersonales y mejor manejo de circunstancias adversas.
Mejor dicho, si su hijo creció en Estados Unidos y anda todo agringado, es lo normal, lo raro sería que se italianizara o algo así.
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