Publicado originalmente en el suplemento dominical de El País de Cali, Gaceta, el 11 de noviembre de 2017, bajo el título “Su majestad el emoticón”.

Las nuevas tecnologías han cambiado mucho la manera como interactuamos las personas, las normas de educación y el uso del lenguaje. La rapidez con que ocurren los avances tecnológicos hace que las diferencias entre jóvenes y viejos sean diametralmente diferentes en la expresión escrita. Este artículo es una reflexión sobre cómo se manifiestan estas diferencias. Sin embargo, expresar palabras a través de dibujitos es algo que siempre se ha usado.

Los egipcios usaban dibujos para expresar ideas. Y muchas veces un dibujo no significaba lo que decía el dibujo, sino que representaba un sonido o grupo de sonidos.

Los chinos crearon su alfabeto donde cada palabra o idea se expresa con un dibujo, que se fue haciendo cada vez más simple, y que combinando múltiples dibujos, fue generando los caracteres chinos.

El alfabeto latino tuvo origen en una creciente simplificación de los jeroglíficos, de manera que cada símbolo terminó por representar simplemente un sonido. Segmentar una palabra en sonidos implica una alta segmentación abstracta de la cadena hablado.

El alfabeto japonés y coreano representan una sílaba por símbolo, y esto es un poco menos abstracto que el sistema alfbético donde un símbolo representa un sonido.

Los escribanos medievales y coloniales no escribían una letra por sonido porque era muy largo y tenían que escribir rápido. Terminaban escribiendo en abreviaturas que solamente entre ellos entendían. Los diccionarios de abreviaturas eran parte de su formación escribanil. Entonces la palabra Xto significaba Cristo. Escribir tres letras para una palabra larga es equivalente a hacer un dibujo.

Las secretarias a finales del siglo XX aprendía taquigrafía, una forma de escribir más corta, donde un signo podía significar una palabra.

En los años 80s y 90s, las amigas nos escribíamos caras de amistad, con frases bonitas como te (corazón) mucho, o X 100 pre=por siempre.

Los emoticones se convirtieron en un sistema escritural estandarizado en que cada muñeco significaba algo especializado, con una gramática propia, y unas convenciones socio-escriturales muy específicas, que dependen de la edad, grupo social, lengua nativa, género (masculino o femenino), y muchos otros factores. Es una manera de hacer justicia a la economía del lenguaje y a la vez expresar identidad. Tanto están estandarizados que incluso los teléfonos ya traen teclado de emoticones.

Los giffs y memes están pasando de moda. Estos lenguajes, por mucho que se estandaricen, están sujetos a cambios de lenguaje social y uso de tecnologías mucho más rápidos de lo que hemos atestiguado en cualquier época de la humanidad. Tanto es así que con cualquier nueva tecnología voy y quedo…