Entre “desboronar” y “desmoronar”, la forma más antigua es “desboronar”, con “b”, la más original. Joan de Corominas documenta “desboronar” por primera vez en 1490, y proviene de “des”, que significaría en este contexto “quitar” y “borona”, que significa “trigo” o “maíz”. “Desboronar” es, pues, desprender los granos de maíz o de trigo. Está relacionado con el término portugués “boroa”, que Corominas documenta en 1220.
El término “borona” proviene de “boruna”, un vocablo propio del norte de España. Así se le dice al trigo en alguna lengua que se hablaba en España antes de la llegada de los romanos (dice Corominas), aunque la Academia Española aventura a decir que es un término celta. Es posiblemente, entonces, un término que proviene del gallego.
El español colombiano tiene mucha influencia del español caribeño, y este a su vez tiene influencia del español gallego. Pues bien, la forma “desboronar” podría ser también un caribeñismo colombiano de este estilo.
El término “desboronar” no solamente se refiere, en todo caso, a desprender los granos de trigo. Puede referirse a cualquier evento en el que ocurre un efecto parecido: cuando se desprenden granos que forman parte de una superficie compacta de tierra, barro, cemento o arena.
El término “desmoronar”, con “m”, es una alteración sonara de la “b” original por su similitud articulatoria: ambos se pronuncian con la boca cerrada y dejando expulsar el aire repentinamente. Sin embargo, en el corpus histórico aparece por primera vez en 1438, antes que “desboronar”. Aunque la documentación más temprana sea con M, la teoría que plantea su origen con B plantea una mejor conexión histórica, y siempre es posible que una palabra existiera oralmente antes de documentarse por escrito.
Después del siglo XVI, la forma con “m” tomó tanta fuerza que es la más usada durante toda la historia hasta hoy en día. Tanto que la Academia dice que “desboronar” está en desuso.
El CORDE pone como última documentación de “desboronar” en 1632, lo cual todos sabemos que no corresponde con la realidad, pues todavía hay gente que dice “desboronar”. Más bien, en el siglo XVII se empieza a considerar incorrecto “desboronar” y por eso no aparece en la lengua escrita. Pero la lengua oral mantiene viva la palabra original como una reliquia que merece ser analizada y cuidada por los amantes de la historia de la lengua.
Referencias:
Corominas, J., & Pascual, J. A. (1980–1991). Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico (Vols. 1–6). Editorial Gredos.
Real Academia Española. (s. f.). Corpus diacrónico del español (CORDE). https://corpus.rae.es/cordenet.html