Hacer leer en la era de la meta-lectura: ideas para profesores

La metalectura es el consumo de contenido estructurado que ocurre por diferentes métodos de acceso, que pueden o no estar mediados por texto escrito. El consumo de libros fue durante mucho tiempo la principal fuente de acceso a contenido estructurado. Con la aparición de Internet, pero principalmente con el crecimiento de plataformas de contenido de acceso gratuito, el acceso a contenido dejó de pertener exclusivamente a los libros. De esa manera, se diversificaron, potenciaron y masificaron modos de metalectura, que ahora con la inteligencia artificial permite interacción activa por parte del consumidor.

Modos de metalectura existentes antes de Internet ya existían, pero requerían de una transmisión analógica o física, que hacían el procedimiento más lento y costoso. Modos analógicos de metalectura incluyen adapciones audiovisuales o teatrales, fichas de lectura (que se producían y se vendían en Colombia por medio del Círculo de Lectores), resúmenes de libros, adaptaciones a formato visual o a libro para niños (Mi primera Biblia), y por supuesto, la comunicación oral. Una persona le contaba a otra un libro que había leído, o un profesor podía reproducir el contneido del libro oralmente en clase. El receptor podría incluso fingir haber leído el libro con una fuente rigurosa de metalectura. A veces la metalectura podía ser parte de la lectura esencial mediante el subrayado, toma de notas, zigzagueo o paneo visual rápido, o leerse solo las conclusiones. Estos métodos requerían tener contacto directo con el lector esencial o hacer una inversión monetaria en material audiovisual, fichas de lectura o resúmenes.

Las nuevas tecnologías desde la aparición de Internet han masificado y democratizado mecanismos de metalectura, de manera que hace prescindible el proceso de lectura esencial. Se evidencia que el propósito meramente extractivo de la metalectura, por cuanto se extrae solo el contenido que se necesita para un propósito específico y tal ve ajeno a la lectura misma. La lectura esencial puede mantener ese propósito extractivo, pero también es una lectura por la lectura misma: se quiere tener contacto con una modalidad estética y se busca acceder a un conocimiento incidental, es decir, conocimiento que está fuera del propósito o que no está predeterminado en la búsqueda. También se busca observar o aprender del flujo argumentativo que lleva a la formación de una propuesta teórica.

Entonces una comunidad de gente joven que está creciendo en una época de masificación de la metalectura, es evidente que va a cuestionar los propósitos de la lectura esencial y va a oponer resistencia. No son perezosos ni tienen mala actitud. Son simplemente hijos de su tiempo, así como nosotros los viejos somos hijos de nuestro tiempo con nuestras chocheras.

Un profesor que asigna una tarea de lectura esencial debe pregutnarse cuál es el propósito: si es extractivo o esencial. SI el propósito es extractivo entonces la metalectura deberá estar legitimada como forma de acceso a ese conocimiento: el estudiante podrá simplemente ir a clase y obtener el contenido a través de la cátedra, revisar los conceptos en alguna plataforma de inteligencia artificial, y no leer el texto asignado. Si el profesor tiene unos objetivos claros de lectura esencial, es más eficiente si son comunicados al estudiante y si se acompañan de estrategias de metalectura.

Formas de metalectura moderna incluyen ya no solo adaptaciones gráficas (comic) o propiamente audiovisuales (películas, documentales, series), sino modalidades interactivas como los juegos de video, los juegos de rol, los video-resúmenes de libros. Al notar que la metalectura es un espacio con una gama bastante amplia de posibilidades, también conviene resaltar otros mecanismos de metalectura como la fiesta de disfraces, un rapeo que pone conceptos en rima musical, los parques temáticos (Disneyland es una forma de metalectura), las visitas a museos o incluso visitas guiadas a espacios canónicos de literatura famosa. Visitar el cementerio de Montparnasse o la hacienda de la María de Jorge Isaacs también se incluyen como mecanismos de metalectura. El sermón religioso de la misa católica es una forma de metalectura de la Biblia.

El profesor que tiene un objetivo claro de forma esencial puede usar mecanismos de metalectura que guíen la búsqueda esencial, tales como:

• Crear guías de lectura donde los estudiantes consignen notas respecto a palabras desconocidas, figuras literarias, procedimientos estéticos, ideologías racistas o machistas identificables en el texto, conceptos, estrategias de argumentación o evaluación del tono.
• Ofrecer a los estudiantes un modelo de las estrategias de metalectura usadas por el profesor: proveer textos subrayados y anotados, con definiciones de las palabras difíciles, resúmenes, notas y fichas de lectura.
• Si se hacen comprobaciones de lectura en clase, dar al estudiante por anticipado las preguntas que se incluirán en la comprobación, por cuanto esto les muestra a los estudiantes qué es lo más relevante del texto que estarán leyendo. También se pueden hacer guías que el estudiante vaya llenando simultáneamente con la lectura, y estas funcionan mejor si se organizan de manera lineal al texto que se está leyendo.
• Transgredir ocasionalmente tareas de metalectura muy esquemáticas como ideas principales y secundarias, o listas de personajes con características físicas y psicológicas. Variar los mecanismos con tareas más creativas como escribirle una carte al personaje principal, enojarse con el autor de un texto racista, o componer una rima que sirva para el rapeo.
• Si la comprobación de lectura es un texto escrito por el estudiante, es conveniente quitar la carga de formato en cuando a redacción, ortografía, citación o presentación de bibliografía. El texto de respuesta es una herramienta para la lectura, no una producción escrita en sí misma. Esto le permite al estudiante enfocarse en el objetivo.
• Seleccionar apartes del texto que sean muy representativos del estilo del autor en cuanto manejo retórico, figuras literarias y tono. De esta manera se logra el propósito de la lectura esencial mediante una estrategia de metalectura.
• Realizar proyectos creativos de metalectura puede ser una estrategia bastante eficiente para estudiantes con alta motivación interna, pero puede no dar buenos resultados en comunidades estudiantiles que están desarrollando competencias de lectura esencial.
• No hacer que la clase dependa de que los estudiantes hayan leído. Es mejor enseñar una clase pensando que muchos estudiantes ni siquiera tienen la copia del texto, otros la tienen pero no la tocaron, otros hicieron una lectura parcial, otros la leyeron toda pero no la entendieron, otros la leyeron toda con detenimiento y sienten que la clase va muy lento, y así sucesivamente. Cualquiera que sea la demografía de lectura, es mejor buscar un término medio para conducir la clase y nunca avergonzar al estudiante que hizo una lectura parcial o no lleva la copia de la lectura.
• Hay que acoger al estudiante con amabilidad en el espacio de la clase independiente de su estado de lectura. Si no lleva la copia, es mejor llevar copias extras o acomodar al estudiante con un compañero o compañera. Luego el profesor realiza un resumen básico de lo más esencial de la lectura que también ayuda a los estudiantes a reafirmar el proceso de conocimiento que obtuvieron por medio de la lectura, y hacer la actividad con base en lo que el profesor dijo en clase.
• También es conveniente establecer unos mínimos razonables y exigirlos, y delinear que unas expectativas y unas consecuencias claras antes de la tarea si el estudiante no realiza el proceso de lectura esencial. Estas consecuencias, sin embargo, no deben impedir que el estudiante pueda seguir asistiendo a clase y desarrollar otras actividades. El profesor hizo un trabajo en proveer las herramientas necesarias, así que la nota debe reflejar esos mínimos que el estudiante no cumplió.
• Aceptar que algunos estudiantes nunca van a llegar a la lectura esencial y esto no es culpa del profesor, sino que es una opción que el estudiante como individuo competente realizó por sí mismo.
• Asignar momentos de lectura individual dirigida en la clase con el propósito de identificar e intervenir en malas estrategias observadas en los estudiantes. Por ejemplo, se puede observar que un estudiante está teniendo frecuentes distracciones con el celular, o dependiendo excesivamente del computador para comprender la lectura. Otros pueden tener un espacio de trabajo muy desordenado, mientras que otros están siendo demasiado detallados y se bloquean ante la primera palabra desconocida, o la primera idea que no comprendieron. Otros pueden tener desórdenes no diagnosticados como dislexica o falta de atención. Observar el proceso de lectura y ofrecer retroalimentación en la clase puede impulsar la lectura independiente en un estudiante.
• Mostrar siempre una actitud de apoyo a esta nueva comunidad que está creciendo en una era de intenso cambio social con nuevos paradigmas de conocimiento, y mantener una apertura al aprendizaje con este nuevo sujeto que se está formando en una era de cambio social intenso.

Los profesores debemos honrar el momento histórico que estamos viviendo una apertura a las nuevas actitudes y aptitudes de los estudiantes, leer en todo momento el contexto y la población de estudiantes que se está recibiendo, y si fuera posible, estar al tanto de las modas, tecnologías y plataformas de redes sociales que se hacen moda cada tres meses. También es cierto que los profesores estamos tan abrumados de trabajo que se nos hace imposible encontrar tiempo para desarrollar guías muy específicas. En ese caso, mi recomendación es dar todo el contenido como cátedra en el tablero a punta de memoria, y hacer una actividad muy sencilla dentro de la clase, y buscar la manera de no asignar tantas tareas o trabajos que sumen a la carga de calificación. El momento de la clase es lo más valioso para el estudiante, y siempre esa relación es lo que debe predominar.