Mi hijo bilingüe es malito para la ortografía del inglés, ¿qué hago?

Los niños bilingües que estudian en una escuela donde la lengua de instrucción es el inglés pueden parecer que van un paso atrás en cuanto al aprendizaje de la ortografía. Y la verdad es: sí, van un paso atrás, básicamente porque su sistema cognitivo está dedicando recursos neuronales al procesamiento de dos o más sistemas lingüísticos al mismo tiempo. Son 2-5 años adicionales de desarrollo cognitivo que deben emplearse en el manejo de un segundo idioma. Digamos que es como si fuera bebé dos veces: una para aprender el idioma del hogar, y otra vez para aprender el idioma de la escuela. Y tres veces si está siendo expuesto a una tercera lengua.

El cerebro humano tiende a privilegiar la adquisición de habilidades esenciales para la supervivencia. La comunicación verbal es prioritaria para la supervivencia incluso en el plano del cerebro animal. Habilidades secundarias como la ortografía o tocar piano van quedando relegadas ante las más importantes. El probelma es que para el sistema escolar la ortografía se valora como una habilidad esencial, aunque en la vida real no lo sea. Se concibe como esencial básicamente porque permite un control social sobre la cognición y el cuerpo del menor. En el fondo, es instrumental al sistema de poder para el que educa la escuela.

Toda persona expuesta a dos idiomas en su vida diaria tendrá que usar esos recursos cognitivos, incluso si la persona solo produce activamente un idioma. El hecho de estar escuchando un segundo idioma en la casa (incluso si no lo habla, y lo entiende al menos parcialmente), ya su sistema cognitivo está usando gran parte de sus capacidades de procesamiento y almacenamiento al uso de los idiomas que se están empleando en su entorno. Este sistema cognitivo también puede relegar la adquisición de habilidades menores a segundo plano, y no desarrollarlas de la misma manera que un hablante monolingüe.

Si el niño o la niña aprendió los dos idiomas desde bebé, y logra fluidez en los dos idiomas desde temprana edad, el sistema cognitivo estaría expuesto a una carga de procesamiento adicional para la comunicación oral que se codifica como esencial en el cerebro animal. Esto también ocurre incluso en momentos donde el niño o la niña no está empleando activamente la segunda lengua. Está pensando en dos lenguas, en dos maneras de ver el mundo, en dos sistemas de comportamiento diferentes, y todo agrega complejidad en lo esencial.

Por otro lado, no todos los problemas de ortografía se deben al bilingüismo. Desórdenes neurocognitivos como la dislexia o trastornos de atención pueden influir en el aprendizaje de la ortografía. Cuando una persona tiene un estilo cognitivo asociado a la dislexia o a la falta de atención, entonces no es necesariamente el bilingüismo el que está haciendo difícil la adquisición ortográfica, y requiere la intervención de un terapeuta especializado. Es importante señalara esto porque el sistema escolar puede fácilmente desetimar la dislexia en un niño bilingüe porque todo se atribuye al bilingüismo, y esto produce patrones de intervención que pueden no ser los más adecuados para la persona. Muchas escuelas en Estados Unidos ofrecen evaluación gratuita en trastornos de aprendizaje que le permitirán hacer la intervención correcta, y esto es una ventaja que las familias hispanas deben aprovechar.

¿Qué actitudes necesito mantener como adulto para apoyar a mi hijo o hija bilingüe en el desarrollo de la ortografía?

  • Lo primero es que el adulto debe estar muy consciente de que la ortografía es una habilidad no esencial, que no está correlacionada con la inteligencia, la disciplina o el valor sustancial del individuo, y mucho menos en la época de la Inteligencia Artificial. Cuando el adulto logra mantener esa proporción, podrá mantener equilibrio emocional cuando esté colaborando con el niño en el proceso de la adquisición ortográfica.
  • Lo segundo, un poco derivado del primero, es que el adulto debe tener cuidado de no avergonzar o regañar al niño o la niña por tener mala ortografía, o por tener malos resultados en los exámenes de ortografía. Cuando un niño o niña crece con vergüenza sobre su ortografía, cuando es adulto va a evitar escribir a mano a toda costa para no mostrar su ortografía, y esto produce un estancamiento en el aprendizaje. En cambio, si crece con autoconfianza en sus capacidades de aprender a escribir, cuando sea adulto va a tener la autoconfianza para trabajar de nuevo en la ortografía que aprendió parcialmente en su niñez y podrá llenar los vacíos que le quedaron de su paso por la escuela. Es cierto que la escuela y el entorno social de todas maneras puede estar causándole esa inseguridad, pero la figura del cuidador primario siempre prevalecerá sobre la construcción emocional de autoconfianza.
  • Lo tercero, aprender los detalles de la ortografía están relacionados con habilidades de inteligencia emocional como el manejo de la frustración, la capacidad de concentración, y la aceptación del error como parte de la construcción del aprendizaje. El adulto debe ayudar al niño a procesar la frustración sanamente, ayudarle a entender el error de manera constructiva, y exigirle gradualmente mayor longitud temporal en lo que dedica a la concentración.
  • Lo cuarto, es recordarle al niño que la ortografía del inglés es arbitraria por naturaleza, y no hay nada en la pronunciación que ayude a identificar patrones ortográficos. Es decir, básicamente tiene que aprenderse de memoria qué palabras se escriben de una manera o de otra aunque se pronuncien igual. La ortografía del inglés simplemente rinde honor a pronunciaciones históricas que se quedaron impregnadas en un sistema escrito difícil de cambiar por el enorme espectro geográfico del imperio inglés y por la afluencia de palabras latinas que obedecían a otras normas de pronunciación.
  • Lo quinto es no perder la esperanza. Puede que en el momento lo que usted hace con el niño o la niña no produzca resultados inmediatos especialmente en términos de exámenes estandarizados o rendimiento escolar, pero todo ese trabajo es conocimiento latente que reaparecerá en su momento cuando el adulto trate de recuperar la ortografía por su cuenta, especialmente si el entorno laboral así se lo exige. Es posible que sea un adulto exitoso en un área donde la ortografía no importa, que es casi la mayoría de los casos. En todo caso, incluso si nunca va a utilizar la ortografía, las habilidades de concentración, atención al detalle, memorización de patrones arbitrarios y manejo de la frustración sí serán útiles en cualquier oficio que desempeñe en el futuro.

Pero deme consejos concretos para los ejercicios de ortografía

  • Cuando el niño está apenas empezando a escribir, es mejor enseñar primero las minúsculas y ya cuando el niño las tiene bien interiorizadas, es decir, las puede producir fluidamente, ya se pueden introducir las mayúsculas. Si va a enseñar el alfabeto con un juego, compre juegos que tengan solo las letras minúsculas. Si usted va a mostrarle al niño o niña cómo se escribe una palabra, use solamente las letras minúsculas aunque parezcan mal escritas.
  • Asegúrese de que el niño o la niña no tenga un trastorno de aprendizaje que afecte la escritura, como la dislexia o un desorden de atención. No todos los problemas de ortografía se deben al bilingüismo. Muchas escuelas en Estados Unidos ofrecen evaluación gratuita en trastornos de aprendizaje que le permitirán hacer la intervención correcta.
  • Enfóquese en la escritura más común de las palabras. Por ejemplo, las letras “ee” y “oo” son las más comunes para los sonidos que representan, entonces es bueno asegurarse de que el niño tiene estas dos maneras de escribir los sonidos en su escritura. Así por ejemplo, cuando el niño cometa un error de ortografía y escriba “ee” en vez de “ea”, “y” o “ie”, lo que escriba de todas maneras se va a entender. Cuando el niño o la niña ya haya adquirido la habilidad de producir las letras más comunes para los sonidos que representan, ya estará listo para empezar a trabajar en las irregularidades ortográficas. En este sentido, puede que siempre vaya un paso atrás del currículo de la escuela, pero es mejor no acelerar en la casa más de lo que va en su propio ritmo de aprendizaje.
  • Enfóquese primero en las palabras cortas que tengan contenido concreto: dog, cat, ride, hood, book, run, get, y así sucesivamente. Las palabras que tienen significados concretos son los sustantivos y verbos. Las palabras gramaticales como the, it, she, he, what, who, which, when tienen numerosas irregularidades también, y es mejor trabajarlas después de que ya se tienen las palabras de contenido. Es cierto que el sistema escolar desde muy temprano mezcla palabras de contenido con palabras gramaticales, que las llaman “sight words” (palabras suspiro), pero en la casa es mejor asegurarse de que primero estén establecidas las palabras de contenido. En mi opinión, el curriculo de ortografía de la lengua inglesa sigue una conducta equivocada al introducir los sight words en combinación con las palabras de contenido, pero como no podemos cambiar el currículo de la escuela, sí podemos mejorar el currículo de la casa.
  • Utilice el trabajo con ortografía para aprender juntos sobre la pronunciación de la lengua inglesa. Algunos errores comunes de ortografía debidos a la influencia de la lengua española son: 1) la sobregeneralización de “b” en vez de “v” (“bois” en vez de “voice”), 2) el uso de “l” en lugar de “t” o “d” cuando estas aparecen entre vocales (“warer” en vez de “water”), porque el inglés americano produce un sonido parecido a la “r” del español, que se percibe como “l” porque el niño puede que no haya adquirido la “r” del español, 3) el uso de “t” o “d” en vez de “th”, porque la “th” puede parecerse a “d” en palabras como “the” o “that”, y a “t” en palabras como “think” o “thanks”, 4) el uso de “s” en vez de “z” en palabras como “zoo” que pueden aparecer escritas como “soo”, pues el español no tiene un sonido especial para “z”. Una actitud de curiosidad y diálogo sobre el inglés puede convertir una tarea tediosa en un aprendizaje constructivo.
  • Utilice Google Assitant. En su teléfono inteligente, el buscador de Google tiene un ícono que es como un micrófono pequeñito. Si usted habla por ahí, el Google le entiende. Pídale a su hijo o hija que pronuncie la palabra ante el micrófono de Google para que este le retorne la palabra escrita. Luego entonces puede buscar la palabra en el https://www.wordreference.com/, una de las maravillas del siglo XXI. Allí usted puede digitar la palabra en inglés y hacer click en el ícono que es como un parlante para escuchar la palabra. La puede escuchar en inglés de UK (United Kingdom, o Inglaterra, de US (United States o Estados Unidos) e incluso algunos acentos del inglés de Estados Unidos. De esta manera, aunque usted no hable muy bien el inglés, puede trabajar con su hijo en una herramienta que le retornará la escritura ortográfica de una palabra que seguro su hijo pronuncia como un hablante nativo.
  • Cuando esté trabajando en las irregularidades de sonidos que se escriben de diferente manera según la palabra, puede encontrar patrones de variación. Por ejemplo, el sonido “gh” es silencioso en palabras como “right”, “night” y “fight”, pero hace que la letra “i” suene como “ai”. Note que todas esas palabras tienen una “t” al final, así que si una palabra suena “ait” muy posiblemente se escribirá “ight”. La letra “y” generalmente representa el sonido “ee” en palabras relativamente largas como “happy”, “family” o “conformity”, pero representa el sonido “ai” en palabras cortas como “my” o “try”. Aunque no funcione para el 100% de los casos, es mucho mejor que decirle al niño simplemente que hay que aprendérselas de memoria. Esto tiene un sentido histórico, porque muy probablemente las letras “ight” sí sonaba “aigt” con el refuerzo de la “t”, y luego el sonido intermedio desapareció, pero se siguió escribiendo. Puedo dedicar un artículo entero a estos patrones, pero mientras tanto, usted puede encontrarlos por sí mismo o escribirlos en ChatGPT para que él le diga los patrones.
  • Invente historias chistosas con las palabras difíciles. Mi hija se empezó a interesar por la ortografía cuando escribimos las palabras “poop” and “pee”, y a hacer diferentes historias sobre quién estaba poposeado u orinado, como los gatos o los bebés, o algún compañero de la escuela. Después cuando se introdujeron sonidos con escritura irregular, también se interesa más cuando creamos historias en torno a sus amigas de la cuadra que usan esas palabras. La ortografía en contexto ayuda a que el cerebro encuentre conexiones neuronales que le ayudarán a recuperar información ortográfica y le muestra al niño o niña las aplicaciones divertidas que tiene la ortografía.
  • Aunque utilice todas estas estrategias, no puede desestimarse el proceso tradicional de aprendizaje: hacer planas (que no es tan frecuente en la escuela norteameriana), recitar las letras de la palabra, recitar listas de memorización, equivocarse y corregir, clasificar las palabras en columnas: las que se escriben “ee”, “ea” o “ie”, o tener un cuaderno de ortografía (tampoco frecuente en la escuela norteamericana). Todo esto en realidad no solo ayuda a aprender ortografía, sino concentración, organización de información, manejo de la frustración, y autocontrol del cuerpo. Especialmetne por el autocontrol del cuerpo es que a la escuela le gusta tanto la ortografía. Y sí, estos recursos hay que emplearlos, pero en combinación con otras estrategias, simplemente se causa inseguridad en un adulto que nunca va a querer esforzarse por llenar los vacíos de su conocimiento ortográfico.
  • Leer mucho no ayuda a la adquisición ortográfica. Si usted quiere trabajar ortografía con sus hijos, el tiempo que usted dedica a la lectura de libros será muy valioso para aprender conocimiento enciclopédico, reflexionar sobre las situaciones de la vida o desarrollar la creatividad, pero ese tiempo de lectura no servirá para el aprendizaje ortográfico. El cerebro funciona mejor con objetivos de aprendizaje. Si usted está leyendo, la mente del niño divagará incesantemente sobre los personajes y situaciones de la historia, y no estará enfocándose en la ortografía. Puede que el niño haya visto la palabra “right” mil veces escrita en un libro y aún así la escribe mal, y esto no está directamente relacionado con las habilidades lectoras. La lectura y la ortografía son tareas cognitividas independientes y modularizadas. Es más, puede pasar que las personas con mala ortografía puedan leer más rápido que las personas con buena ortografía, porque son personas que se enfocan más en el contenido que en la visualización del detalle de las letras.
  • Cualquier habilidad compleja se aprende mejor en períodos de tiempo muy cortos pero repetitivos. No atosigue a los hijos con largas horas de estudio sobre lo mismo. Especialmente en los años de infancia, todo lo que se haga después de la primera media hora empieza a perder eficacia, y más de una hora, simplemente es un instrumento de control sobre el cuerpo. El ritmo de estudio más eficiente es 20-40 minutos diarios de un área específica, y si no pueden ser diarios, al menos 2-3 días de la semana. Es decir, más eficiente es estudiar 20 minutos al día por tres días diferentes (mejor si están separados unos de otros), que tres horas seguidas un solo día. Pero si digamos usted tiene solamente el sábado para apoyar a su hijo con las tareas de la semana, puede utilizar 3 horas desperdigadas en el día, o tres bloques de 20 minutos con períodos de descanso. Esto puede variar mucho según la personalidad del individuo, puede haber personas que desde la infancia ya se dejaban absorver 3 horas seguidas en una sola tarea sin imposición externa, pero esta habilidad excepcional no puede pretender convertirse en regla.

Yo no tengo tiempo para hacer todo eso

Si no tiene tiempo para hacer nada de esto, en mi opinión, no importa, pero es bueno como mínimo mantener las actitudes que señalamos en un comienzo. Es decir, recordar que la ortografía no es importante, que es una habilidad menor y que no importa que al niño le vaya mal en los exámenes de ortografía. No lo regañe ni lo avergüence por eso. Si usted está atareado atendiendo múltiples oficios para ganarse el sustento diario, la ortografía será lo que menos importe y esto está bien así, y tampoco es culpa suya. Ahora bien, si tiene un tiempo limitado que pasar con sus hijos, siempre es mejor dedicarlos a actividades de recreación y esparcimiento, porque el establecimiento de redes sociales por medio de la lúdica tienen un impacto positivo en el desarrollo y el aprendizaje que se pueden aplicar a múltiples situaciones y problemas. Es decir, un individuo que aprendió a comunicarse sanamente con sus cuidadores muy posiblemente será capaz de afrontar retos con mayor eficacia en la vida adulta, incluida la ortografía. Los niños también tienen una agenda bastante complicada, y dentro de esa agenda, el juego libre será el procedimiento de aprendizaje más eficaz y duradero para potenciar múltiples aprendizajes futuros.


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